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Marruecos: Las víctimas de agresiones sexuales lanzan un grito de indignación contra Maati Monjib.

Maati Monjib

2 de abril 2021.- Es un grito de indignación conmovedor el que acaban de lanzar, el jueves en Rabat, las víctimas de agresiones sexuales, contra las alegaciones de Maati Monjib, que atentan contra su dignidad, las privan de su derecho a denunciar y confunden a la opinión pública sobre sus casos judiciales.

En unos testimonios sobrecogedores pronunciados en una rueda de prensa organizada por el colectivo de defensa de las víctimas de violaciones bajo el lema «Los derechos de las víctimas, entre soberanía de la justicia, Estado de las instituciones y acusaciones tendenciosas», las víctimas de los casos de los dos periodistas Taoufik Bouachrine y Omar Radi, apoyadas por sus abogados, contaron la atrocidad de los crímenes cometidos contra ellas, así como los sufrimientos que padecen a diario a causa de estas agresiones, que han convertido sus vidas en un infierno, un calvario que «algunas partes no cesan de atizar mediante la difamación, despreciando los valores humanos y morales».

Asmaa Hallaoui, una de las víctimas de Bouachrine, dice haber decidido hablar en público y por primera vez, de su amarga experiencia, para que otras mujeres dejen de ser objeto de agresiones, abusos sexuales y trata humana, especialmente en los lugares de trabajo.

«Estoy aquí hoy para romper el tabú de las agresiones sexuales en los lugares de trabajo y cambiar la visión desvalorizadora de la sociedad sobre las víctimas de violación», dijo, compartiendo su sufrimiento psicológico y social, pero también el de su pequeña familia, tras las repetidas agresiones de las que fue sometida por parte de Bouachrine, así como el transcurso del juicio, y hoy de algunas partes que discuten su condición de víctima y dudan de su integridad.

«Hemos venido hoy para hacer oír nuestra voz», clama por su parte Hafsa Boutahar, quien acusa al periodista Omar Radi de agresión sexual, asegurando que luchará hasta el final para recuperar su dignidad y sus derechos.

«Me dirijo a las personas que hacen de los derechos humanos un negocio: Fui agredida sexualmente y nadie me empujó a presentar una denuncia», dijo, preguntándose si «los derechos humanos incumben únicamente a una categoría específica».

Por su parte, Sara El Mers, otra víctima de Bouachrine, habló de las heridas psicológicas que sufrió como consecuencia de la difamación y la «estigmatización social», lo que le hizo pensar en el suicidio en tres ocasiones.

El Mers, quien ocultó su rostro pero reveló todos sus sufrimientos y sus heridas, afirmó que su presencia en esta rueda de prensa obedece a su firme voluntad de romper este tabú que priva a muchas mujeres de presentar una denuncia, y a su determinación de prevenir que se repitan estas prácticas atroces contra sus «allegados o conocidos».

También relató todas las dificultades sociales que agravan aún más el sufrimiento de la agresión, como la imposibilidad de trabajar, y otras dificultades psicológicas como la incapacidad de enfrentarse a la sociedad y de mostrar su identidad, además de su salud, que requiere una atención especial.

Naima Lahrouri, otra de las víctimas de Taoufik Bouachrine, declaró que fue víctima de la difamación mediática de algunas partes que esperaban que las víctimas se retractaran de sus denuncias, señalando, en este contexto, que su caso fue «concebido desde el principio como una batalla mediática contra el órgano de prensa del acusado».

Lahrouri consideró que este caso es un ejemplo que refleja la voluntad de «algunos que pretenden ser defensores de los derechos humanos» de dañar la imagen de las mujeres y aprovecharse de su sufrimiento para obtener beneficios materiales o para ajustar cuentas con determinadas partes.

La víctima denunció los intentos de impedirle defender sus derechos garantizados por las leyes nacionales y las convenciones internacionales, y subrayó que los «pseudoactivistas» nunca habían expresado una posición real a favor de las mujeres.

Por su parte, los abogados y miembros del colectivo de la defensa de las víctimas de violación rechazaron las calumnias y las alegaciones tendenciosas de Maati Monjib contra estas víctimas, afirmando que estas declaraciones son degradantes y se oponen a los valores humanos y morales y a las disposiciones de las convenciones internacionales, además de que denigran el trabajo de las instituciones nacionales y comprometen su independencia.

En este sentido, el abogado Mohamed El Haini explicó que esta rueda de prensa se produce tras los prejuicios sufridos por las víctimas de agresiones sexuales en los casos de Taoufik Bouachrine y Omar Radi por parte de algunos «mercaderes de los derechos humanos», estimando que es imposible reivindicar la defensa de los derechos humanos y a la vez apoyar las violaciones y la trata de seres humanos.

Asimismo, afirmó que la dudas arrojadas sobre las víctimas pretenden ofenderlas y socavar la justicia marroquí, señalando que los crímenes de violación y trata de seres humanos dejan profundas secuelas en las víctimas que tienen derecho a denunciar del mismo modo que se debe respetar la presunción de inocencia.

Por su parte, Mohamed Housni Karrout resaltó que «unos supuestos activistas de los derechos humanos y unas partes mediáticas se preocupan más por los acusados que por las víctimas», señalando que «el sospechoso, cuya agresión sexual está probada, recurre a los medios de comunicación que le son fieles para calumniar a las víctimas y difundir falsedades».

También declaró que el acusado tiene derecho a defenderse, pero no a «engañar a la opinión pública e intentar influir en la justicia, ni siquiera a recurrir a la internacionalización del caso para intimidar al Estado y a la soberanía del derecho».

Por su parte, Meriem Jamal Idrissi, abogada del Colegio de Abogados de Casablanca y miembro del colectivo, afirmó que «quienes se autoproclaman defensores de los derechos humanos violan el principio de la separación de poderes mediante una despreciable sobrepuja», y subrayó que algunas plataformas mediáticas deberían mostrar más profesionalidad en lugar de ser un vector de difamación contra las víctimas de agresiones sexuales.

Por otra parte, Jamal Idrissi se congratuló de los progresos realizados por Marruecos en el ámbito de los derechos humanos, que garantizan a las víctimas todos los mecanismos para presentar denuncias incluso a nivel internacional, y añadió que el refuerzo de los textos legales requiere mecanismos estratégicos de promoción.

El colectivo para la defensa de las víctimas de violaciones anunció, durante esta rueda de prensa, su intención de presentar una denuncia internacional por difamación contra el llamado Maati Monjib, a raíz de sus alegaciones difamatorias contra las víctimas de Taoufik Bouachrine, así como el establecimiento de un marco legal para aunar los esfuerzos contra esta práctica criminal.

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