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Un troniquete para Pablo Manuel

La Guardia Civil protege la casa de Pablo Iglesias

Si ayer escribía que la crisis abierta con las revueltas de los cuatro reinos taifas la semana pasada, sus consecuencias, como el avivamiento de la eclosión del nido de la serpiente de la ultraderecha en su forma más voxística.

Dejé pasar por su irrelevancia la presencia de Podemos, en los escenarios dónde se habían abierto los conflictos políticos, es decir, Iglesias, de vocación protagonista, se encontraba en un -no sabe no contesta, en el juego de esos tronos y más. Como de tonto no tiene un moño, y viendo que se le diluye la fuerza de las expectativas que generó, apoderándose para el comunismo del liderazgo del 15M, Pablo Manuel se va a apear de su vicepresidencia, para disputar en una vuelta de tuerca su troniquete en la Asamblea de Madrid, que ojalá, vista la que hay reinando, tenga aunque sea poco, gobernar el Canal y el círculo de Galapagar.

Todos los analistas que leo y oigo, no saben cómo digerir tanto seísmos, y por hablar, como yo escribo, no saben cómo aumentar el número de oraciones, que por hueras van camino de convertirse en un kirie de los de la infancia, sin ton ni son.

Ahora que la vacuna de AstraZeneca, se ha puesto en cuarentena, se me sugiere que todos los analistas deben vacunarse contra el tsunami que nos aumentan los ratios de atención, para pensar en España. La palurda que dirige Madrid, oculta un asesor, que solo le propone mensajes de división de los españoles, para un buen menú de independentistas y trasgresores constitucionales.

La necesidad y la supervivencia de Ayuso y del propio Pablo Manuel Iglesias, nos ha convertido  su radical paso al frente en actos de valor, cuando es el temor a la indiferencia y, el miedo a aquello que pudo ser y no ha sido, era lo que verdaderamente se jugaban. Ahora en aras de un falso entendimiento de la libertad o lo que no me guste, y un épico llamamiento a la lucha contra el fascismo, los dos protagonistas nos proponen trincheras.

Es sosiego y trabajo lo que necesitamos los españoles de todos los puntos cardinales, pero nada podemos hacer para quitar de en medio la importancia que, dan sus feligreses al garrote de mando de sus líderes. Lo malo es que la plaza de Monasterio está ocupada, sino sería de sacarles dos tarjetas rojas a Isabel y Pablo Manuel por atraer tanto ultra y meterlos en la Trapa.

Curro Flores @curroflores1952

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